¿Cómo se acondiciona cada tipo de residuo?

Cada uno de los residuos debe separarse, de manera obligatoria, en una fracción individualizada cuando superen las cantidades que se citan del artículo 5.5 del Real Decreto 105/2008.

Una vez se haya hecho una previsión de la tipología y cantidad de cada uno de los residuos para saber si será necesario o no separarlos, van a ir a un acopio, en en contenedores u otros medios de transporte, (camiones, cubas, etc.), para separarlos en las partes que sean necesarias.

Antes de nada, para reducir residuos se revisará el estado del material recibido a la obra para reducir devoluciones por roturas, derrames y deterioro en general. Además, es importante que las zonas de almacenamiento y transporte estén limpias, iluminadas y sin obstáculos para evitar problemáticas y, especialmente, derrames.

Se debe acondicionar una zona de residuos no peligrosos y otra de residuos peligrosos en el caso de que los haya y, para los segundos, existen una serie de requisitos de acondicionamiento que deben cumplirse.

En primer lugar, debe estar correctamente separado y no mezclar con los envases etiquetados con los residuos correctamente documentados.

El suelo en el que se hayan ubicado debe estar impermeabilizado, especialmente para evitar la contaminación de suelos por residuos peligrosos. Una vez ubicados, se deben entregar como máximo un plazo de seis meses –salvo autorización especial del órgano competente- a un gestor debidamente autorizado para su gestión.

Cada uno de estos datos debe quedar plasmado en el Plan de Gestión de Residuos para cumplir con la Ley en materia de gestión de los RCD.

¿Cuáles son los posibles impactos que generan los residuos?

Dado que el precio de gestión de los RCD es muy bajo cuando no se hace una gestión adecuada, algunas veces resulta complicado abogar por una filosofía de trabajo común que opte por la sostenibilidad y la conciencia.

No es recomendable que la gestión de residuos que se base en la eliminación de los residuos transportándolos a depósitos de forma descontrolada, dado que conlleva una serie de inconvenientes:

En primer lugar, su mala gestión supone un gran impacto medioambiental, tanto por el desperdicio de materia prima necesaria como por la contaminación de suelos, acuíferos y aire, con los consecuentes daños que supone a nuestra salud.

Por otro lado, los residuos pueden también provocar un impacto paisajístico, ya que su vert25ido descontrolado supone un gran impacto visual.

De nuevo, es importante tener en cuenta que hay una serie de procesos pautados en la Ley 22/2021 que definen una jerarquía de actuaciones para los RCD que facilita este proceso y penaliza a quienes no la cumplen.

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