¿Cuáles son las fases del proceso de desamiantado?

Las fases que se describen a continuación son las necesarias para realizar el propio proceso de desamiantado, pero debe tenerse en cuenta que antes de comenzar con ellas será imprescindible haber realizado todas las tareas previos.

Planificación del trabajo

La planificación de los trabajos es una fase crítica en el proceso de desamiantado, pues de ella dependen el éxito y la seguridad de todas las fases posteriores. Para desarrollarla el especialista en desamiantado se reunirá con el promotor y la dirección facultativa, así como con el coordinador de seguridad y salud, si procede.

Esta planificación deberá estar plasmada en el plan de trabajo (ver capítulo anterior), que deberá ser autorizado por la autoridad laboral competente antes de comenzar.

Y el objetivo de la planificación es determinar los siguientes aspectos:

  • La metodología de trabajo (tiene una gran importancia la friabilidad del amianto a retirar)
  • Los trabajadores necesarios, determinando su formación y experiencia, la información que habrán de recibir y los actos médicos que requerirán
  • Las medidas de control para evitar la dispersión de fibras
  • Los equipos y herramientas específicas a emplear
  • Los sistemas de protección colectiva, los equipos de protección individual y los elementos de señalización
  • El cronograma (calendario de trabajo)

El cronograma del proceso de desamiantado no debe estar supeditado a requerimientos externos. Sus únicos condicionantes habrán de ser las propias limitaciones del proceso y las medidas de seguridad e higiene de los trabajos.

Para poder establecer lo anterior correctamente, será imprescindible llevar a cabo las siguientes tareas:

  • Realizar una inspección previa: es de crucial importancia para obtener los datos más relevantes para el desamiantado.
  • Reunirse con la propiedad: hay que verificar que no se olvida ningún dato relevante o algún tipo de condicionante oculto que la propiedad pudiese Además, hay que comentarle el método de desamiantado que se cree oportuno para que ellos den su opinión y puedan establecer medidas que ayuden a las labores.
  • Conocer si se tienen resultados analíticos, y si no es así valorar la necesidad de realizar un muestreo.
  • Determinar las áreas de influencia que pudiesen verse afectadas y establecer medidas de protección.

Aislamiento de la zona afectada

La zona donde se van a llevar a cabo las labores de desamiantado deberá estar siempre controlada, para lo cual será necesario establecer un perímetro de seguridad y restringir el acceso, debiendo quedar los puntos de acceso adecuadamente señalizados.

Sólo podrán acceder a dicha zona las personas autorizadas en el plan de trabajo, los operarios que llevarán a cabo las labores de desamiantado.

En cualquier caso, toda persona que acceda al área de trabajo deberá llevar siempre los equipos de protección personal adecuados y respetar los procedimientos de higiene y de descontaminación que se hayan establecido.

Retirada de los materiales con contenido en amianto

En el desamiantado, el procedimiento a seguir para retirar los materiales dependerá del tipo de amianto y de la forma de presentación de los materiales. Aunque, tal y como marca la normativa, hay que eliminar las fibras desde el foco emisor y todas las superficies que puedan ser protegidas, hay que protegerlas.

El amianto no friable, siempre que sea posible, se retirará sin emplear medios mecánicos, tratando de eliminar las piezas enteras, de forma que se reduzca al mínimo el riesgo de liberación de fibras. Cuando esto no resulte posible, es recomendable humectar los materiales antes de retirarlos.

Un ejemplo muy habitual es encontrar amianto en forma de planchas detechado o canalones para evacuación de agua.

Estas piezas se deben retirar enteras, una a una. Y los ganchos o clavos que las sujetan se deberán cortar con herramientas manuales, tratando de evitar dañar las piezas.

En el caso del amianto friable, que es mucho más peligroso que el no friable, es muy habitual emplear alguno de los dos métodos siguientes para su retirada (aunque cada trabajo de desamiantado es único y se deberá proceder de la forma que los especialistas en desamianto estimen más oportuna tras haber realizado la correspondiente investigación y planificación):

  • Trabajos por vía húmeda: Se trata de humectar los materiales con amianto antes de proceder a su Es un método muy utilizado ya que con él se logra minimizar al máximo el desprendimiento de fibras. No obstante, hay casos donde no es aconsejable su uso como, por ejemplo, en aquellos trabajos con riesgo eléctrico.
  • Trabajo en seco: Cuando, por la razón que sea, no se puedan humectar los materiales, se podrá trabajar en seco siempre y cuando se utilice la aspiración En estos casos, para garantizar la seguridad, resulta más importante la aspiración en la zona donde se ejecuta el trabajo que el propio trabajo.

Cabe señalar que sea cual sea el método elegido para la retirada de amianto friable, éste siempre deberá ser retirado bajo confinamiento dinámico para evitar así la dispersión de fibras.

Independientemente del tipo de amianto y del método de retirada elegido, todos los residuos se deberán acondicionar lo antes posible, aislándolos mediante el uso de láminas de polietileno formando un paquete o introduciéndolos en bolsas o sacos de polietileno. Tanto las láminas de polietileno como los sacos deberán cumplir características específicas para contener amianto.

Estos paquetes habrán estado dentro del área de trabajo, por lo que también deberán ser descontaminados, especialmente en el caso de trabajos de retirada de amianto friable.

Descontaminación y limpieza final

El objetivo de una operación de desamiantado es eliminar todo el material con contenido en amianto establecido en el plan de trabajo. Sin embargo, dicho material tiene una gran capacidad de generación de fibras, especialmente el amianto friable, por lo que para dar por finalizado un trabajo de desamiantado no bastará con retirar los materiales que lo contienen.

Antes de acabar el desamiantado, habrá que asegurar la total eliminación de cualquier residuo de amianto en la zona, para lo cual resulta imprescindible la descontaminación y limpieza final.

Para realizar dicha descontaminación se emplean equipos de limpieza en seco y húmedos. Resulta imprescindible aspirar por completo toda el área de trabajo, aunque, muy probablemente, después será necesario también repasar todas las superficies con bayetas y paños húmedos para eliminar las fibras que hayan quedado adheridas a ellas.

Cabe señalar que, además de esta limpieza final tras acabar con los trabajos de retirada de amianto, cada día habrá que: dejar limpia el área de trabajo a terminar la jornada laboral, retirar y descontaminar los equipos de trabajo y limpiar la unidad de descontaminación, si la hubiese.

Además, ciertos materiales utilizados para realizar el desamiantado, como monos desechables u otro tipo de EPIs deberán ser desechados tras su uso junto con el resto de residuos de amianto, pues inmediatamente después de finalizar su uso se convierten en residuos peligrosos.

Por otra parte, antes de finalizar los trabajos y desmontar los equipos de trabajo (en el caso de amianto friable, en no friable si se podrían desmontar antes) se deberá realizar una medición ambiental para confirmar la no existencia de fibras en el ambiente que generen riesgo a los trabajadores.

Acondicionamiento para el transporte

Según se vayan realizando los trabajos de retirada de amianto será imprescindible ir empaquetando los residuos.

Dichos residuos empaquetados, serán almacenados de forma temporal en una zona acondicionada para tal fin en la obra, donde esperarán a ser recogidos para su transporte a las instalaciones de un gestor autorizado.

Antes de ubicarlos en dicha zona de almacenamiento temporal, los paquetes deberán ser acondicionados para su posterior transporte, para lo cual deberán estar correctamente envasados y etiquetados.

El correcto envasado, como ya se ha comentado, debería realizarse en el primer momento de empaquetado, es decir, según se retiran los materiales con amianto y se sacan de la zona de trabajo.

Los residuos deben depositarse en recipientes estancos, bolsas o sacos, y aquel material que no quepa en bolsas, se conservará intacto y envuelto en su totalidad con dos capas de polietileno, debidamente etiquetado en un lugar visible.

Por su parte, el proceso de etiquetado consiste en identificar los residuos con una etiqueta reglamentaria de acuerdo con el Reglamento CE 1907/2006, REACH, en su anexo XVII, y otra etiqueta obligada por el artículo 14 del RD 833/88 que debe incluir varios datos determinados por el mismo real decreto por l el productor, la fecha, etc.

Adicionalmente cuando el transportista se lleve el residuo, en los casos que sea de aplicación, será necesaria una etiqueta más, correspondiente a la normativa ADR de transporte por carretera categoría 9. M-1.

En cualquier caso, el envasado y el etiquetado deberán realizase siempre conforme al artículo 21 de la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular, que a su vez remite en varios puntos al Reglamento (CE) n.º 1272/2008 del Parlamento Europeo y del Consejo de 16 de diciembre de 2008, sobre clasificación, etiquetado y envasado de sustancias y mezclas, y por el que se modifican y derogan las Directivas 67/548/CEE y 1999/45/CE y se modifica el Reglamento (CE) n.º 1907/2006.

Verificación de la zona afectada y de la descontaminación

Antes de dar totalmente por finalizados los trabajos de desamiantado, según el tipo de amianto, será recomen- dable u obligatorio, realizar una verificación de la zona afectada y confirmar que la descontaminación ha sido exitosa, comprobando que efectivamente no quedan residuos de amianto en el lugar.

Tras finalizar la descontaminación y limpieza final se debe realizar una inspección visual muy minuciosa, siendo recomendable que la lleven a cabo un mínimo de dos personas y, a ser posible, una de estas personas ajena al equipo que ha realizado el desamiantado (un técnico en prevención de riesgos laborales, con especialidad en higiene ambiental).

Por el contrario, en caso de que el resultado de la inspección visual sea satisfactorio, se procederá a realizar un muestreo ambiental del área de trabajo, el cual sirve para certificar que las labores de desamiantado y limpieza se han realizado satisfactoriamente. En caso de que dicho muestreo resulte insatisfactorio habrá que determinar la razón de la presencia de fibras y subsanarlo. Posteriormente, se deberá realizar una medición ambiental y, en función de los resultados obtenidos, se decidirá si hay que repetir los trabajos.

Transporte de los materiales con contenido en amianto por un transportista autorizado

Tras su retirada y almacenamiento temporal, estando debidamente envasados y etiquetados, los residuos de amianto deberán ser entregados a un trasportista autorizado que los llevará hasta las instalaciones del gestor autorizado.

La recogida de residuos peligrosos que contienen amianto se debe realizar de forma separada de cualquier otro tipo de residuo y su transporte se realizará siempre de acuerdo a la legislación vigente y siguiendo las medidas de seguridad que sean de aplicación según el tipo de residuos de amianto. Puede encontrarse más información sobre la gestión de residuos de amianto en el capítulo 8 de la guía.

Registros documentales de los trabajos de retirada de amianto

En todos los trabajos de desamiantado es obligatorio realizar un completo registro documental que incluya toda la documentación relativa al proceso.

Por un lado, será necesario contar con el plan de trabajo aprobado y la notificación previa a la autoridad laboral indicando la fecha de los trabajos. Por otro lado, habrá que estar en posesión de toda aquella documentación que verifique la correcta gestión de los residuos de amianto:

  • Documento de solicitud del productor de residuos peligrosos: es una solicitud de oferta del productor hacia el gestor.
  • Documento de aceptación del gestor (intermedio o final): una oferta del gestor hacia el productor, indicando las condiciones de aceptación de los residuos.
  • Documento de control y seguimiento: es un conjunto de “albaranes de entrega” que confirman que la operación de entrega de los residuos del productor al transportista o gestor se realizan.

Esta documentación deberá conservarse por un periodo mínimo de 5 años.

Además, habrá que realizar un informe de desamiantado en el que se adjuntarán las mediciones ambientales y personales realizadas.

Enlaces:

Consulta la guía completa aquí:


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